Al terminar la II Guerra Mundial, el precio del wolframio decae y Joaquín Santos Bugallo decide abandonar la explotación. En 1947 decide vender la mina a a Francisco González, un médico leonés. En 1951 éste médico vende la mina a la empresa minera Montañas del Sur S.A. González ocupa un puesto directivo dentro de la empresa y se convierte en accionista de la misma.
Montañas del Sur S.A.
Tal vez resulte llamativo que una empresa con este nombre se radique en el Bierzo. Pero su historia viene de lejos. Montañas del Sur S.A había sido creada por el holding alemán SOFINDUS en 1938 para explotar minas de plomo y su sede social estaba en Sevilla. Al terminar la II Guerra Mundial los aliados exigen a todos los países neutrales la incautación de todas las empresas con capital alemán radicadas en sus países. En 1946 la empresa es liquidada y vendida a los consorcios Unión Española de Minas Metálicas y la Compañía Minero Metalúrgica Los Guindos.
En 1947 la empresa Montañas de Sur se refunda. Su presidente es Antonio Garrigues antiguo testaferro aliado que será nombrado años después embajador de España en Estados Unidos. En 1951 la empresa compra Mina Currito a Francisco González. La empresa consigue un contrato con el gobierno norteamericano para proveer de wolframio a su industria armamentística para la guerra de Corea. El gobierno americano le adelantara un crédito de 230.000 dólares y firman un contrato por cinco años para explotar la montaña de forma industrial.
Comienzan las obras
Las instalaciones de Mina Currito se componen en aquel momento de la casa de la Campa y desde 1947 un lavadero conocido como el lavadero de Bugallo. Este lavadero inicial está dotado de un molino de rodillos, una mesa de lavado y un tromel (criba). En esta época se producen unas dos toneladas de wolframio anuales.
En 1951 comienzan las obras para dotar a la mina de unas instalaciones industriales modernas. Las dirige el ingeniero José González Sabariegos. El sendero a Cadafresnas se convierte en carretera después de que hubiera que limar la esquina de una casa en Cadafresnas para que el primer camión ligero pudieran subir hasta la mina. Se construye una línea eléctrica de 20 kilómetros desde Corullón para alimentar a los compresores de aire de los martillos de barrenar.
La electrificación es fundamental para el plan de laboreo del interior de la Peña. Donde se van abriendo ocho niveles de galerías en dirección noreste-suroeste. La explotación contaba con un teleférico que transporta el mineral desde la bocamina hasta el lavadero de Bugallo.
Se construye un nuevo lavadero al pie de la bocamina en 1954. Este lavadero era de grandes dimensiones, unos 2500 m2 frente a los 450 m2 del lavadero viejo. El nuevo lavadero se comunica con la mina por una vía para las vagonetas. Toda la estructura metálica del mismo fue construida por los talleres Sicalor de Cuatrovientos. Sin embargo el lavadero viejo sigue en marcha hasta la finalización de la actividad minera ya que el nuevo tenía graves problemas de funcionamiento.
Tras los procesos de lavado van los de separación, trituración, molienda y concentración. Finalmente el mineral va a un horno de calcinación donde se le somete a 1.300 ºC durante unas horas. La calcinación permite una mayor depuración del mineral, separando el azufre y el arsénico. Al enfriarse el mineral puro se almacenaba en sacos de 50 kg que se transportaban a Villafranca del Bierzo en camiones.
El Poblado de la Piela
Para procurar una vivienda digna a los trabajadores y técnicos la empresa proyecta la construcción del Poblado de La Piela en 1951. Las obras las realiza Construcciones Corominas con un presupuesto de 250.000 pesetas.
El poblado tiene 41 viviendas de 60 metros cuadrados, cada una disponía de dos habitaciones, un baño con ducha, una pequeña cocina, salón comedor y despensa. Gracias a la existencia de una cocina calefactora con calderín todas las viviendas disponían de calefacción y agua caliente. Tenían luz eléctrica a 125 voltios. Un auténtico lujo residencial para época, fue obra del arquitecto Ramón Cañas, que además era presidente de la Diputación de León.
Los solteros dormían en los sótanos y tenían un comedor común atendido por dos cocineras, pero también había matrimonios y familias enteras como la de Jovino y Milagros que tuvieron en la montaña a sus dos hijos. El primero, Luis García fue además el primero en nacer en el poblado el 3 de junio de 1953. El poblado llega a tener escuela propia dirigida por un maestro llamado Ángel Álvarez, que dio clase a una veintena de hijos de trabajadores.
El trabajo en la Peña de Seo
Durante el periodo de máxima actividad el número de trabajadores se acercaba a las trescientas personas incluyendo todo el personal (lavaderos, trabajadores de interior y exterior de la mina, vigilantes, explotaciones a cielo abierto de Valdelouro, personal administrativo y de mantenimiento).
La empresa pagaba mejores sueldos que la cementera Cosmos en Toral de los Vados y se lleva a los mejores trabajadores de Corullón. Los mineros de interior podía ganar entre dos mil y tres mil pesetas al mes. Los vigilantes tenían instrucciones explícitas para cachear a los mineros y evitar los hurtos de mineral. Esta práctica también era extensiva a los trabajadores de los lavaderos.
El volumen de producción mineral era un misterio, y la empresa tenía órdenes de no facilitar estos datos a los trabajadores. No obstante, sabemos que los valores de producción en los periodos de mayor actividad están entre 5 y 7 toneladas al mes. En 1949 antes de la modernización se producen unas 2 toneladas. En 1954 se alcanzan las 174 toneladas.
El final de una época
Desde el año 1957, los americanos, a consecuencia de la finalización de la guerra de Corea, rescindieron el contrato con la empresa. Tras el cese de la actividad muchos trabajadores pasaron a ocupar puestos en la minería del carbón en las cuencas mineras bercianas o probaron suerte en los cotos mineros Wagner y Vivaldi. De esta manera, la minería de la Peña del Seo fue una escuela de mineros para otras explotaciones posteriores.
En 1959 quiebra la empresa. El Banco Central procede a embargar la maquinaria y venderla. Desde entonces solo quedó en la Peña del Seo la familia de Jovino García que fue el último vigilante de la mina y deja el poblado en 1980. Junto a su esposa peleó por evitar la decadencia de las estructuras en las dos décadas siguientes.
En la actualidad apenas quedan las ruinas de los dos lavaderos, del transformador y los hangares de los compresores, tres bocaminas pintadas y el esqueleto de lo que fue el poblado invadido de matorrales.
Bibliografía
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- https://www.diariodeleon.es/noticias/revista/queda-wolfram_701516.html
- https://af2toral.wordpress.com/2009/10/25/9-%C2%BA-cesar-los-yacimientos-de-wolframio-en-el-bierzo/
- http://mineralhispania.blogspot.com
- https://www.lanuevacronica.com/un-paseo-por-la-pena-del-seo
- https://ileon.eldiario.es/actualidad/economia/077769/wolframio-el-mineral-de-creciente-demanda-internacional-que-la-junta-ignora-en-leon
- https://www.lavanguardia.com/vida/20171025/432342527138/wolframio-el-mineral-por-el-que-eeuu-casi-invade-a-la-espana-de-franco.html
- https://www.rtve.es/play/videos/otros-documentales/otros-documentales-batalla-desconocida-version-extendida/5401025/
- https://www.bierzotv.com/el-wolfram-una-historia-inacabada-desde-su-explotacion-y-las-leyendas-de-espias-hasta-su-puesta-en-valor-como-patrimonio-minero/
- El wolframio en las comarcas del Bierzo y Valdeorras su repercusión social y económica y su importancia como instrumento de la política española : 1938-1958. Rosa María Pérez Mato, 2011.
- La minería del wolframio en el noroeste de la península ibérica (1939-1959). Las explotaciones del Bierzo y su recuperación patrimonial. La Peña del Seo. Diego Castro Franco, 2017.
- Breves historias del wolfram. Ramón Cela, 2018.