La central térmica de Anllares, situada en Páramo del Sil es propiedad de Naturgy (66,6%) y Endesa (33,3%). Comenzó a funcionar en 1982 y acumuló 36 años de operación tras su parada definitiva en diciembre de 2018.
Es curioso cuanto menos que tras producir millones de kWh que fueron base para la economía de otras regiones en el propio Ayuntamiento de Páramo del Sil y a menos de 10 kilómetros en línea recta de la Central siga habiendo pueblos sin suministro eléctrico.
El pedáneo de Anllares lamenta que la desaparición de la térmica despierta un sentimiento de inseguridad en el que se encuentra inmerso esta pequeña localidad que es propietaria de 13 hectáreas de los terrenos en los que se levantó la central. “La gente se encerró en casa como si no hubiera un mañana»
El origen de Naturgy
La actual Naturgy nació en 2009 tras fusionarse Gas Natural y Unión Fenosa. Estas corporaciones, a su vez, nacieron de la fusión de varias empresas. Gas Natural se creó en 1991, tras la unión de Catalana de Gas, Enagás y Gas Madrid. A su vez, Unión Fenosa surgió en 1982 de la fusión de Unión Eléctrica Madrileña y Fuerzas Eléctricas del Noroeste (FENOSA).
El dueño de FENOSA, Pedro Barrié de la Maza, protagoniza el episodio más oscuro de la historia de la compañía. El empresario coruñés era un íntimo amigo de Francisco Franco y fue uno de los financieros del bando rebelde que se sublevó contra la República.
En 1955, Franco otorgó al empresario el Condado de Fenosa en agradecimiento a su colaboración con la causa franquista. Barrié de la Maza fue uno de los grandes promotores de la cuestación popular obligatoria para regalar el Pazo de Meirás al dictador.
Pedro Barrié forjó su imperio, sobre todo, gracias al asesinato del diputado republicano Pepe Miñones, quien hasta su fusilamiento en 1937 controlaba el sector de la electricidad en la región a través de su empresa Unión Eléctrica Coruñesa. Miñones competía, tanto en los negocios como en la política, con Barrié y con Luis Cornide Quiroga, propietarios de la Sociedad General Gallega de Electricidad. La rivalidad empresarial le pasó factura tras el golpe de Estado de 1936 y acabó asesinado.
Como era la C.T. de Anllares
Constaba de un grupo de 350 MW de potencia nominal puesto en servicio en noviembre de 1982. Desde el mes de Marzo de 2000, la plena carga reconocida del grupo era de 365,2 MW según Resolución de la Dirección General de Política Energética y Minas de fecha 14 de Junio de 2000.
La antracita y hulla de la cuenca del Bierzo y Laciana eran sus principales fuentes de energía que eran transportados por carretera y en menor proporción, carbón importado de diferentes países. Se calcula que su consumo anual era 736.000 toneladas de carbón. Para apoyar la combustión se utilizaba fuel-oil y en las puestas en marcha gas-oil.
Todos los grandes equipamientos para la Central Térmica de Anllares eran los que Endesa había encargado para el grupo V de Compostilla II. En 1982 cuando el Gobierno autoriza la construcción de Anllares en Cubillos del Sil están muy avanzadas las obras del grupo IV de Compostilla II.
El presidente de Endesa, Pedro López Jiménez llega a un acuerdo con FENOSA y le vende los equipamientos consiguiendo FENOSA un ahorro de varios miles de millones de pesetas y Endesa un importante flujo de tesorería que le ayudaría a financiar otras operaciones.
Esta buena relación ayudó a que ambas empresas se repartiesen las cuotas carboneras de la cuenca y evitó entrar en una guerra de precios. Estos equipamientos eran la caldera, la turbina y el alternador entre otros. Su parque de carbones tenía capacidad para 1.200.000 toneladas. El mineral se deposita en la caldera a través de un sistema de cintas transportadoras.
La caldera de Anllares era de los fabricantes Foster-Wheeler y Maquinista Terrestre Marítima. El tipo de caldera era equilibrado y de circulación natural que podía quemar alrededor 180 toneladas por hora. Su turbina era del fabricante Mitsubishi. El tipo de turbina de acción-reacción con una potencia nominal de 350 MW. La turbina giraba a una velocidad máxima de 3000 rpm. Tenía un caudal vapor a plena carga de 1100 t/h.
Tenía un alternador fabricado por Westinghouse con una potencia aparente nominal de 390 MVA y tenía una potencia activa nominal de 350 MW. La refrigeración del sistema se producía por un circuito semiabierto con torre de refrigeración de tiro natural, caudal recirculante de 40.000 m3/h y relleno de material plástico en forma de nido de abeja.
El principio del fin del carbón en España
En su momento Naturgy había incluido estas instalaciones en el plan de 17.500 horas, que permitían su continuidad hasta 2023 o hasta que se cubriera esas horas de funcionamiento.
En el año 2013 ante su imposibilidad para cumplir con los límites marcados por Europa al no invertir en las infraestructuras que reduzcan los óxidos de azufre y de nitrógeno de las emisiones abocaron a su cierre. Por la resolución de 13 de noviembre de 2018, de la Dirección General de Política Energética y Minas, se autorizó a la Comunidad de Bienes Central Térmica de Anllares el cierre de la Central Térmica de Anllares, en Páramo del Sil (León).
Así a las 5.42 horas de la madrugada del 1 de diciembre de 2018 se procedió a su desconexión. El siguiente paso, tras desconectar los equipos, fue dejar el centro en condiciones seguras para poder firmar el acta definitiva de cierre.
Anllares se convertía así en la primera térmica clausurada en el Plan de Descarbonización del Gobierno que cerró nueve de las catorce centrales de producción eléctrica con carbón que había en España antes de junio de 2020.
Entonces comenzó el desmantelamiento de la central de Anllares. En junio de 2020 se procedió a la demolición de los silos, y en noviembre fue derruida la chimenea. En mayo de 2021 se voló la caldera y el 3 de junio de 2021 se produce la voladura de la torre de refrigeración con lo que no quedará ya ningún elemento reconocible de su perfil en pie.
Las labores de desmantelamiento dan empleo a alrededor de 60 personas, que han completado más de 37.000 horas de trabajo, no habiéndose registrado accidentes ni incidentes relevantes. Naturgy y Endesa, propietarias de la central térmica de Anllares, adjudicaron el contrato de desmantelamiento de la instalación a la empresa vasca Lezama Demoliciones y cuentan con un presupuesto superior a los 8 millones de euros.