La necesidad de técnicos llevó a ENDESA a crear el primer centro de formación profesional del Bierzo. La Escuela de Aprendices Santa María de Compostilla nace en 1951 y en 1955 el Taller Escuela Sindical en el Colegio San Ignacio. Ante la creciente demanda de profesionales en todo el país, el Sindicato Vertical franquista crea la Institución Sindical Virgen de la Encina. Hoy se llama Instituto de Educación Secundaria Virgen de la Encina (IESVE), aunque todos la conocemos como «la Sindical». En la actualidad sigue siendo un centro de referencia y continúa formando profesionales en ramas técnicas e industriales.
El nacimiento de la Formación Profesional en el Bierzo
La Escuela de Aprendizaje Santa María de Compostilla de Endesa se creó el 4 de octubre de 1951 tras constatar que no había en España trabajadores cualificados para llevar a cabo labores como el montaje de una central térmica. Fue la primera escuela de aprendizaje industrial que se creó en el Bierzo.
Antonio Benítez Sánchez, ingeniero de ENDESA fue el fundador y director de este centro formativo. Hace unos años el Ayuntamiento de Ponferrada dedicó una calle situada en la zona de la avenida de Los Escritores. Esta escuela se puso en funcionamiento gracias a la labor altruista de los técnicos de la empresa que después de su jornada laboral se convertían en profesores que daban las clases sin recibir ningún tipo de contraprestación económica.
La Escuela publicaba un boletín llamado «Mañana», del que se publicaron más de 100 números. Recogía información sobre la actualidad de la escuela (notas de clase, concursos de oficios o cursillos) y ofrecía las crónicas de los partidos de la Sociedad Deportiva Ponferradina.
La vida en la Escuela de Aprendices de Compostilla
Los jóvenes aprendices empezaban sus estudios con 14 años. El programa académico se componía de tres cursos con formación teórico-práctica y una reválida al final. Los dos primeros de enseñanza elemental y el tercero especial.
Las clases se impartían en los talleres de Compostilla I y las jornadas en la Escuela comenzaban con una hora de deporte antes de entrar al taller, hiciera sol, lloviera o nevara. La mañana continuaba con prácticas en las diferentes materias con una descanso a media mañana. Tras la comida, en la sesión de tarde se impartían clases teóricas hasta las ocho o nueve de la noche.
La Escuela se caracterizaba por llevar a cabo una formación humana e integral de los aprendices además de una preparación técnica encaminada a crear un buen equipo de especialistas para cubrir las necesidades profesionales de la propia empresa.
En poco tiempo los aprendices se convertían en jóvenes con experiencia práctica en uno o varios oficios, pero también con conocimientos teóricos. Los alumnos al terminar su formación alcanzaban la categoría de oficial de tercera.
Cerca de medio millar de jóvenes del Bierzo, pero también de Andalucía, Extremadura y Galicia, principalmente, aprendieron oficios como soldadores, torneros, fresadores o electricistas. La Escuela de Aprendices estuvo en funcionamiento durante 7 cursos hasta 1958.
El deporte y la formación
Durante los veranos se suspendían las clases y los alumnos participaban activamente en los trabajos de construcción de las instalaciones deportivas de Compostilla. Trabajaron en las obras de las piscinas en las pistas de atletismo y en el campo de fútbol renombrado como Campo Vicente del Bosque.
Entre los alumnos que ayudaron a levantar el complejo deportivo de Compostilla estaba José Arroyo. Que se convertiría después en trabajador de ENDESA y en impulsor del Club de Atletismo ENDESA.
José Arroyo fue durante décadas uno de los pilares del atletismo berciano. Primero como atleta entrenando en las pistas de ceniza que el mismo ayudo a construir y después como entrenador.
Fue un gran cazatalentos y entre sus pupilos estuvieron entre otros Colomán Trabado, olímpico en Moscú 80, Los Ángeles 84 y Seúl 88. Rodrigo Gavela, maratoniano en Barcelona 92. Ponferrada le distinguió años después dando su nombre al Pabellón de Flores del Sil y haciéndolo portador de la antorcha olímpica.
El Taller Escuela Sindical en el Colegio San Ignacio
Unos años después de la creación de la Escuela de Aprendices de Compostilla y ante la demanda imparable de profesionales y técnicos por parte la industria nace en 1955 el “Taller-Escuela Virgen de la Encina”.
Sus instalaciones estaban en el Colegio San Ignacio y fue fundado por D. Luis Nieto, alcalde de Ponferrada y primer director del centro. Ofrecía las enseñanzas oficiales de Torno, Fresa, Ajuste, Forja, Soldadura e Instaladores y Bobinadores Eléctricos. En su primer año 80 se matricularon alumnos y crecería hasta los 138 en 1958 y a 288 en 1962.
De la Institución Sindical Virgen de la Encina al IESVE
En 1963 se inaugura una nueva Escuela que amplía y sustituye a la anterior. Ocupa diez mil metros cuadrados de los cuales cinco mil están edificados y el resto son patios y campos de deporte. Se invierten alrededor de veinte millones de pesetas en las instalaciones. El solar que fue cedido por el Ayuntamiento de Ponferrada. Con la nueva Escuela son ampliadas las enseñanzas a Delineación, Carpintería y Mecánica del Automóvil.
A comienzos de los 70 con más de 700 alumnos, entra en vigor la Ley General de Educación y progresivamente se incorporan al mismo nuevas especialidades como la Electrónica y la Administración. En 1977 el centro pasa a llamarse Instituto Politécnico “Virgen de la Encina” (IPOVE).
A partir de 1985 se incorpora como centro experimental de la reforma de las enseñanzas medias. Al final de los años 80 tenía más de 1.100 alumnos.
A partir de 1990 se implantan las enseñanzas de la LOGSE y se incorpora a la red única de centros de educación secundaria, pasándose a llamar I.E.S. “Virgen de la Encina” (IESVE). En la actualidad con casi 1300 alumnos imparte 16 ciclos formativos pertenecientes a 5 familias profesionales distintas.
La calidad de los centros formativos del Bierzo siempre ha sido muy alta y los profesionales aquí formados han sido muy apreciados por empresas tanto a nivel nacional como internacional como cuentan los veteranos alumnos de la Escuela de Aprendices de Santa María de Compostilla.
En la actualidad los profesionales formados en este y otros centros tienen como principal salida la emigración debido a la inexistente política industrial de las diferentes administraciones públicas que ha vaciado el Bierzo, Laciana y Valdeorras de empresas transformadoras con alto valor añadido.